lunes, 13 de agosto de 2012

AntUn


Acaso percibo lo que sienten sus pupilas en el  vuelo del sueño en la noche o es el ojo del águila nocturna que ve la forma que trasciende la forma. En mis entrañas, existe  el aullido feroz del Nahual que acompaña el inicio. Transforma  mi rostro del acecho al vuelo. Reconoce el  comienzo en el fuego de mi vientre y su voz se relame con cada exhalación que corre por mis venas, las dejo salir. Me fusiono en unión en el mismo silencio del vacío.  Ya no es necesario regresar para continuar. Solo es necesario retomar mi  vuelo en el soplo que emite mi propia voz.





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